Abordemos un tópico que a todos nos importa y sobre el que no hay un consenso demasiado definido, tanto en relación a la respuesta en sí misma como en la importancia de que dicho estilo deba ser realmente definido.
Comenzando por éste último punto, muchos de nosotros seguramente hemos pasado por la etapa de estar –digamos- atrapados en un momento de euforia fashionista que al poco tiempo abandonamos por ejemplo por razones de presupuesto: nos vemos obligados (o seducidos) a comprar en esas liquidaciones de tiendas que son verdaderas oportunidades. El bolsillo manda… y entonces vamos restando importancia a la importancia de mantener una línea de vestir y vamos variando de acuerdo a lo que esté a nuestro alcance.
Pero en el otro extremo, está el enfoque de dar un paso más allá de un simple “me veo bien” y precisamente ese paso tiene apenas una palabra de diferencia pues se transforma en un “me siento bien”. Cuando se pondera el “cómo me siento” con tal o cual estilo de vestir, todo vale con tal de respetar esa línea de ropa o accesorios con la que nos identificamos tanto.
Para algunas personas, ese estilo es muy claro desde siempre y claramente va más allá de modas y tendencias…, pero para otras hallarlo es todo un proceso que requiere tiempo, oportunidades de conocer opciones y posibilidad real de hacer unas cuantas pruebas.
Ahora bien, planteado el reto la pregunta es ¿por dónde empezar? Un buen primer paso sería dejar de atormentarnos con sentimientos de culpa y prisas innecesarias, para dar paso a un estado de “open mind” que será propicio para descubrir -cuando las veamos-, qué prendas son las más adecuadas para nosotros, es decir, aquellas con las que nos sentimos perfectamente cómodos e identificados.
Hoy existe la posibilidad de realizar todo un recorrido virtual en este sentido, sin necesidad de trasladarte a otra ciudad e incluso a otro país: llegas a un web site (como le pasó a un conocido cuando visitó smoking shop) y como estás en esa búsqueda serena y sin prejuicios algo provocará un “ring a bell” en tu cabeza y hará que te detengas a observar con atención.
Puede parecer trivial, pero el primer paso para encontrar tu propio estilo personal es analizar lo que ya hay en el armario: ¿qué prendas te gustan más y cuáles te gustaría eliminar? Al contestar esta pregunta, ya tendrás una idea aproximada de cómo te gustaría que fuera tu look.
Quienes han pasado por esa especie de momento flash, relatan que al observar una cierta línea o marca, es como que todo empieza a encajar en cada cosa que ves: los colores son perfectos para ti, las líneas de diseño te conforman plenamente, los accesorios son como perfectos tanto a tu gusto como a tu necesidad. En suma… lo señalado antes: te sientes pleno, te sientes bien.
Esa sensación es simplemente reveladora y te permite descubrir que esto que has hallado, se relaciona con nuestra personalidad y es congruente con todo tu ser porque de algún modo este estilo se transforma en un ícono de tu identidad. Todo un reto…, ¡pero de los lindos! ¿Te animas?