cada día tiene algo bueno que mostrarnos. sólo la gente ciega vé lo que quiere. el amor y la piedad siempre nos acompañan y a pesar de las penalidades que pasamos, algunas de nuestras propias manos, podemos ser felices con el sólo hecho de confiar todo a Dios, nuestro Padre. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Juan 10.10)