Apostaron a una moneda sobrevaluada
En el “casino” del real, fueron al menos 220 las empresas que apostaron a una moneda brasileña sobrevaluada y se vieron sorprendidas por su brusca devaluación.
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Por Eleonora Gosman – Clarín
De acuerdo con el propio gobierno de Lula da Silva esa es la cifra que manejan en forma oficial de holdings brasileños, que ya están en riesgo por haber sufrido pérdidas millonarias en las apuestas al dólar futuro.
Según había criticado el presidente Lula da Silva esas compañías convirtieron sus gerencias financieras en “instrumentos de especulación”.
Y colaboradores suyos agregaron que quienes se lanzaron a las acciones especulativas no tendrán rescate del gobierno. Esto es cierto sólo a medias.
Porque el martes, el presidente Lula admitió que llegado el caso su gobierno podrá comprar acciones de bancos en dificultades para capitalizarlos. No es la intención inmediata, pero no descarta el recurso en caso de que no funcione el auxilio de 50.000 millones de dólares dispuesto el lunes y que consistió en dejar en manos de los bancos esos recursos que debían ser depositados, en principio, en el Banco Central (por ser encajes obligatorios como porcentaje de todos los depósitos).
Mientras se conocían los datos de los serios perjuicios que sufren las grandes compañías brasileñas -de las que trascendieron apenas algunos nombres-, Lula declaró en Madrid, donde se encontraba de gira, que “el ajuste del dólar le hará bien a la economía brasileña”. Sin embargo, es la volatilidad de la moneda brasileña, que según el propio ministro Guido Mantega no se sabe cuándo podrá aquietarse, la que provoca serios problemas en los sectores productivos.
Con un salto de 1,56 real por dólar a 2,34 en el lapso de 15 días, y un retroceso el martes a 2,09 reales, los productores que emplean insumos importados no saben cómo influirá el valor de la divisa en la composición de los precios.
No obstante Lula parecía confiado: ”El dólar va a encontrar su valor de equilibrio según la economía vaya a su punto cierto. Esa es la ventaja del cambio flexible”, teorizó.
Sin embargo, la depreciación del real no sirve para garantizar la continuidad de las exportaciones de Brasil. Los datos son contundentes. Este país vendió al exterior la semana pasada 4.287 millones de dólares; pero ese buen desempeño se basó exclusivamente en la venta de productos básicos: mineral de hierro y cobre, petróleo, café y carne porcina. Las exportaciones industriales sufrieron en cambio un retroceso de 10%. ‘La razón? Es una conjunción de factores donde lo que domina es la caída de la demanda mundial, por obra y gracia de la crisis financiera global.
Como sea, el problema más inmediato del gobierno brasileño es sostener su sistema bancario que muestra vulnerabilidades.
El presidente del Banco Central Henrique Meirelles estuvo reunido el domingo con los principales dueños de los bancos brasileños para discutir la crisis financiera. Incluso, Meirelles decidió volverse antes de la reunión de Washington para asistir a ese encuentro. El funcionario buscó transmitir calma a las entidades que sufren por falta de liquidez. Les confirmó que tomará todas las medidas necesarias para minimizar el impacto de la crisis internacional. Los banqueros le dijeron que están cerradas las líneas de financiación externa y le advirtieron que tienen compromisos antes de fin de año con el exterior que no podrán refinanciar. Le recordaron a Meirelles que con falta de créditos en el exterior ellos tendrán que sentarse sobre los depósitos y tener más dinero en caja. Eso significa dejar de prestar, una de las actividades centrales de cualquier institución financiera.
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