Conferencia del SIDA de Berlín

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Por John Lauritsen

Periodista, escritor y analista estadístico.

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A pesar de las más de 6.000 representaciones, nada útil salió de la IX Conferencia Internacional del SIDA (Berlín 7-11 de Julio de 1993). La disposición prevalente era de desesperación y confusión.

Las esperanzas puestas en la vacuna experimental de Jonas Salk, para ser administradas a aquellos que ya están «infectados por el VIH», fueron destrozadas cuando su presentación mostró que la vacuna no hace nada.

El drama provino de los frenéticos esfuerzos hacia el «control de pérdidas» de la Farmacéutica Wellcome, en vista del Ensayo Concorde.

La Wellcome subvencionó simposios satélites, dio almuerzos gratuitos y publicó anuncios, pero en vano.

Los investigadores del Concorde se mantuvieron en sus descubrimientos -que el AZT no reporta beneficios a los individuos VIH-positivos asintomáticos- y las acciones de Wellcome continuaron cayendo.

De alguna manera Berlín representó un avance. Por primera vez en una conferencia interncional del SIDA, hubo presencia de la postura crítica con respecto al dogma oficial del SIDA, que vinieron a Berlín desde Norte y Sudamérica, Africa, India y la mayoría de los países europeos.

Durante la semana de la conferencia, se mostró la versión inglesa de la película de Fritz Poppenberg, «Los Rebeldes del SIDA».

Los críticos al SIDA permanecieron fuera del centro de conferencias (ICC), con pancartas y folletos, denunciando la «mentira del SIDA» y el «AZT, veneno para ratas».

En el canal de TV Open Chanel de Berlín, se divulgaron 9 horas de programas críticos al SIDA, producidos por Peter Schmidt y Kawi Schneider.

Por un día, los críticos al SIDA tuvieron una mesa en el interior mismo del congreso.

En la primera conferencia de prensa (6 de junio), los periodistas preguntaron a los organizadores de la conferencia ¿por qué no estaban presentes voces alternativas? por ejemplo, Peter Duesberg.

Habermehl dijo que Duesberg no había presentado un extracto, y que las voces alternativas estaban representadas por ACT UP.

Los periodistas no estaban satisfechos, y puntualizaron que la conferencia había emitido invitaciones para hablar a miembros de ACT UP y Project Inform y al desacreditado experto en SIDA, Robert Gallo.

Más tarde, el día 6, ACT UP mantuvo una rueda de prensa pobremente atendida. A la mayoría de los 300 miembros de ACT UP los organizadores les condonaron la cuota de entrada de 950 marcos alemanes. Muchos habían viajado a Berlín, alojándose en hoteles con piscinas, con todos los gastos pagados por la Wellcome. Un representante de Londres de ACT UP admitió que su grupo había recibido 50.000 libras de la Wellcome.

El mismo día, un programa de televisión atacó a los «duesbergianos». Un representante de la principal organización del SIDA en Alemania, Deutsche AIDS-Hilfe, dijo que nadie debería escuchar a los críticos al SIDA y mostró un nuevo y astuto panfleto de 30 páginas, «¿Todo mentira? Argumentos para el Criticismo al SIDA». Finalmente, la narradora se refirió a los críticos al SIDA como «huevos podridos» y el cámara mostró un primer plano de un huevo espachurrado.

En la conferencia de prensa del día 7, los representantes de la OMS y el Banco Mundial discutieron las grandes cantidades de dinero que están siendo asignadas en la «prevención del SIDA». Por ejemplo, 250 millones de dólares han sido enviados a Brasil, para que la población pueda estar informada sobre los condones y medidas «seguras».

En la conferencia de prensa del día 8, Joan Shenton de Meditel Productions, de Londres, preguntó: «¿No es momento de reconsiderar las ortodoxias básicas del SIDA, incluyendo la supuesta propagación heterosexual?».

Martin Delaney de Project Inform, un grupo de California que está financiado por la Wellcome y otros intereses farmacéuticos, se enfrentó agriamente con Shenton y la agarró por la muñeca.

Delaney, que no es un científico, fue un orador principal de la conferencia.

Robert Laarhoven, un representante para la Investigación Alternativa del SIDA en Alemania (S.A.A.O.) y un periodista de una revista alemana, CARE, preguntaron a Habermehl si la invitación a Robert Gallo fue expedida antes o después de que se le hubiera encontrado culpable de «mala conducta científica».

Habermehl declinó contestar.

Gallo se molestó y gritó al reportero: «¡No me jodas!».

Comenzando, al mediodía del miércoles 9, Robert Laarhoven ocupó una mesa informativa con reimpresiones de Rethinking AIDS. Toda la tarde la mesa fue un punto de reunión de los críticos del SIDA. Yo esperaba hostilidad, pero ocurrió justo lo contrario, la gente estaba vivamente interesada en oir nuestras ideas.

El martes 10 el Imperio del SIDA atacó de nuevo. Robert Laarhoven fue abordado por oficiales de la conferencia, policías, y un miembro del control fronterizo. Su pase de prensa fue confiscado y fue amenazado con la deportación de Alemania al haber cometido «intrusión criminal» -emplazando copias de Rethinking AIDS en una mesa no autorizada-. Muchos otros grupos habían puesto publicaciones en mesas en la misma zona, pero los oficiales de la conferencia no se ocuparon de ellos. Anteriormente, en la misma semana, la S.A.A.O. había solicitado permiso para poner copias de Rethinking AIDS en la zona de trabajos de prensa; su petición fue denegada.

Enfrente del ICC. Christian Joswig y Peter Schmidt fueron atacados por varias docenas de miembros de ACT UP, que destrozaron sus pancartas, quemaron panfletos e intentaron destrozar un equipo de cámara. Los oficiales de la conferencia presenciaron estos actos y entonces ordenaron a las víctimas del asalto permanecer al menos a 100 metros del ICC. Los oficiales no tomaron ninguna medida contra los atacantes de ACT UP.

También el dia 10, 100 miembros de ACT UP destrozaron el puesto perteneciente a Información del SIDA de Suiza. Corearon obcenidades, hicieron pedazos los paneles, destruyeron los estantes y las sillas y rompieron las publicaciones, antes de cubrir los restos del puesto con 30 rollos de papel higiénico. El pecado del grupo suizo había sido el criticar los condones.

En la conferencia de prensa final del viernes 11, una docena de personas de los medios de comunicación pasamos un artículo de prensa «Ofensas contra la Libertad de Palabra».

Pregunté a Habermehl si se disculparía por esas ofensas a la libertad de palabra de las que era personalmente responsable y si censuraría a ACT UP por sus violentos ataques a los derechos de los demás.

Dijo que no lo haría.

El moderador rehusó permitir la palabra a otros conocidos crítcos al SIDA, como Joan Shenton.

Si las futuras conferencias del SIDA quieren llamarse asímismas «shows comerciales», dejadles. Pero si pretenden cualquier afinidad con la ciencia, deberían mostrar mucho más de respeto para la libertad de investigación.

Rethinking AIDS – Volumen I, Número 7 – Julio 1993. John Lauritsen: Autor de «The story of the AZT» y «The AIDS War».

Contacto: John Lauritsen. 212-6743321 USA.

Articulo publicado en el número 33-34 de la revista «Medicina Holística». Edita: [url=http://www.amcmh.org/]Asociación de Medicinas Complementarias (A.M.C.).

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