Los datos del desempleo pondrán esta semana a prueba la salud de Wall Street y mostrarán los verdaderos alcances de la recuperación económica estadounidense, estima la mayoría de los analistas.
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IAR Noticias
L os principales índices de acciones en EEUU concluyeron el viernes 25 en territorio negativo en una jornada durante la cual se publicaron informes económicos poco alentadores sobre la recuperación económica.
El Promedio Industrial Dow Jones perdió 42 puntos a 9665. Entre los componentes del Dow, Alcoa bajó el 3,2% a US$13,08 y American Express cedió el 2,3% a US$33,07. Wal Mart cayó el 2,4% a US$49,47.
El índice S&P 500 descendió 6,4 puntos a 1044 y el Índice Compuesto Nasdaq bajó 16,7 puntos a 2091.
Los principales índices se vieron presionados, primero por una decepcionante lectura de los pedidos de bienes duraderos, y posteriormente por un informe que mostró una caída en las ventas de viviendas nuevas.
La percepción del consumidor fue mejor que la esperada, pero el informe no fue lo suficientemente sólido como para revertir el reciente descenso del mercado.
Los datos llegan en medio de señales de que podría estar esfumándose el repunte bursátil, que ha impulsado al índice Standard & Poors 500 cerca de un 54 por ciento desde inicios de marzo.
El mercado sufrió tres jornadas consecutivas de pérdidas y el S&P anotó su mayor caída semanal desde inicios de julio, con datos que mostraron que los pedidos de bienes duraderos de Estados Unidos tuvieron su mayor retroceso en siete meses.
Según The Wall Street Journal, aunque hay señales de que la economía global está creciendo, después de superar la peor recesión global desde los años 30, la severidad y el alcance de la crisis hacen que el ritmo de recuperación sea incierto.
Las paquetes de estímulo y otros programas que han implementado para reactivar sus economías son increíblemente costosos y dejan tras de sí déficit fiscales que reducen y lentifican el crecimiento.
Si mantienen los planes de ayuda, en especial los programas de estímulo fiscal, corren el riesgo de impulsar la inflación, y si los retiran demasiado pronto, podrían descarrilar la recuperación, señala el Journal.
El Fondo Monetario Internacional pronostica que los niveles de deuda del Grupo de los 20 países líderes industrializados y en desarrollo promediarán más de 100% del Producto Interno Bruto.
La incertidumbre en torno a la recuperación global dificulta las decisiones que deben tomar los gobiernos del mundo, en especial el de EEUU que tiene el rojo fiscal y los datos negativos del consumo y del desempleo como una espada de Damocles sobre su cabeza.
La próxima semana, las miradas estarán puestas en el dato de desempleo mensual en Estados Unidos, a entregarse el viernes. La tasa de desempleo del 9,7 por ciento en Estados Unidos es una preocupación mayor para los inversores, debido al impacto sobre la economía y, en particular, sobre el gasto de consumo.
“Este es un gran tema todo el tiempo, porque es realmente uno de los indicadores más sensibles”, dijo a Reuters Cummins Catherwood, director gerente de Boenning and Scattergood.
Los inversores también estarán atentos al discurso del presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, que hablará el jueves 1º de octubre en el Congreso.
Para el dato del viernes pasado, un sondeo de Reuters entre economistas reveló que se espera una pérdida de 180.000 empleos no agrícolas, lo que significará una caída frente a los 216.000 que se declarados en agosto.
No obstante, se espera que la tasa de desempleo suba al 9,8 por ciento.
Los datos finales del segundo trimestre del PIB serán revelados el próximo miércoles, lo que tendrá ansiosos a los inversores que buscan ver si este informe muestra algún cambio frente a la contracción estimada del 1,0 por ciento.
Según el Financial Times, un año después de que empezara la crisis EEUU ha perdido US$ 400.000 millones (271.617 millones de euros); mientras tanto, el balance de la Reserva Federal de EEUU ha crecido en US$1,1 billones.
Hasta ahora -señala el financiero británico-, sólo los mercados financieros, y más concretamente los bancos de inversión, han tomado la senda firme de la recuperación, con la garantía estatal que les permite disponibilidad de dinero sin que todavía se haya producido ningún incremento del control regulador.
Entre abril y junio, los bancos de inversión de EEUU aumentaron sus activos en un 4% hasta los US$ 2 billones y, a pesar de las críticas a sus prácticas, su rol hegemónico no ha hecho más que reforzarse, añade el Financial.
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