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Desde las decisiones más triviales (¿cerveza o refresco? ¿Pantalón azul o negro?) Hasta decisiones que pueden marcar toda una vida (¿qué estudio? ¿Me involucro en este negocio?). Nuestra vida está llena de decisiones a cada instante.
Si nos pusiéramos a analizar todas y cada una de ellas nos volveríamos locos, y la gran mayoría de las decisiones se toman con el corazón. Incluso donde los números juegan un rol importante, por ejemplo, las decisiones económicas están influidas por muchos factores imponderables, no podemos predecir su comportamiento. Al final nos decidimos por ?emociones? ?sentimientos? ?corazonadas? o como les quieran llamar.
Alguien tenía planeado con su pareja y su hija recién nacida unas vacaciones a la playa el próximo verano, ?las primeras vacaciones en la playa con el bebé?, han ahorrado y todo está planeado. Esa tarde el padre sufre un accidente mortal. Todo se ha ido al garete. Con los años uno va conociendo casos de gente feliz viviendo sus vidas y de repente le diagnostican una enfermedad mortal y en unos meses se va. ¿Qué pasó?
Sé que comienzan en vuestras cabecitas a surgir mil preguntas ?¿acaso no somos nosotros los arquitectos de nuestros destinos?? ?¿Qué podemos hacer con casos como los descritos líneas arriba??
Yo soy de la firme creencia que hay una ?luz? una ?energía?. Las diversas culturas a través de los tiempos la han ?deificado? dándole diferente nombre: Jesucristo, Buda, Quetzalcoatl, etcétera. Debemos aprender a ?seguir? esa luz, esa energía. Aprender a escuchar esa voz interna, esa corazonada.
Si revisan a los grandes líderes, pensadores y demás personas que han experimentado esta energía o luz, hablan de una u otra forma de ella. Graham Bell decía ?No sé decir qué es este poder, todo lo que sé es que existe?. O Luther King ?De el primer paso con fe, no necesita ver toda la escalera, tan sólo debe dar el primer paso?. Algo positivo que tienen las religiones, vistas desde el punto de vista metafísico, es el rezo, la meditación, porque a través de éste se ve cómo la energía se puede canalizar, que suceda o no suceda quizá ya sea una ?fuerza superior aún incomprensible?.
A lo que quiero llegar: deberíamos ver el poder y la fuerza de la meditación y/o el rezo, independientemente de la religión que prediquemos o no, a través de éste tomaremos las decisiones correctas sea cual sea el resultado. Cuando seamos capaces de esforzarnos por lo que queramos, meditar por obtenerlo, y una vez que NO lo obtengamos, que ?fracasamos?, tener la humildad y grandeza de decir ?No dependía de mi, hice lo mejor que pude, será cuando tenga que ser?. Punto. Y eso es ACEPTACIÓN que es uno de los tres componentes de la ley del mínimo esfuerzo, que ya trataremos en otra ocasión. Al fin y al cabo estamos irradiando ?buena vibra? y esa energía irá creciendo, se irá materializando. De eso también hablaremos.