Eran dos corazones solitarios que vagaban por el mundo, muy cansados; con gran tristeza pues nunca habían amado ¡Hastiados estaban de vivir olvidados! Por más que buscaban, nadie les hacía caso. Aunque estaban saturados de fe, esperanza e ilusión, nadie respondería al llamado de estos dos corazones desencantados?… Todos estaban adentro, muy ocupados, sin tiempo para atender un reclamo desesperado Esos pobres corazones estaban tan heridos… Y nadie atendía sus súplicas, ¡No tenían amigos! .Tanto amor que en su interior atesoraban, ¡sin poder compartir su eterna soledad!…Un día, sin querer, ellos dos tropezaron; tímidamente, a los ojos se miraron, unas pocas palabras cruzaron; eso basto para que descubrieran que no podían estar separados Desde entonces estos dos corazones viven radiantes, como en sol en el majestuoso amanecer, ya no hay tristeza pues al final del camino encontraron, sin buscar, el amor desconocido y el querer que se tenían muy merecido.