Honduras: Farsa de Izquierda vs. Derecha, Caso Zelaya vs. Micheletti

Lo lamentamos por todos los que compran (habitualmente) los culebrones del Imperio disfrazados de guerra entre “izquierda” y “derecha”. La farsa mediática con el “golpe militar” y la “resistencia” hondureña terminó (como debía ser) en una solución salomónica: Ni golpistas ni derrocados, democracia para todos.

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Después de entretener casi por medio año con los capítulos televisisivos (por entregas) de Zelaya “víctima socialista” y Micheletti “victimario derechista”, la “gobernabilidad” y la “mesura” capitalista finalmente predominaron: Zelaya y Micheletti a cuidar a sus nietos, en Honduras ganó la democracia.

El sistema siempre se renueva: Entretiene a las masas, crea falsos ejes antitéticos (peleas domésticas de comadre) para hacer ver que existen las contradicciones y los enemigos (de paja) del Imperio en perpetua lucha: La “revolución” (la izquierda “progresista” políticamente correcta) y la “contrarrevolución” (la reacción “derechista” siempre conspirando en las sombras).

Terminadas las puestas en escena, los culebrones mediáticos para mantener vivas las “ideologías” antitéticas (revolución y contrarrevolución), ambas fracciones, la “izquierda” y la “derecha”, se disputan civilizadamente la gerencia de enclave (el gobierno capitalista local) en las urnas.

Una guerra “democrática” y sin sangre, por medio de la cual el Imperio genera nuevas expectativas político-electorales y preserva la continuidad del “sistema democrático” (la estrategia de control dominante”).

América Latina está bajo control, la izquierda gubernamental y la derecha están bajo control, se van el golpeado Zelaya y el golpeador Micheletti, y llega el “demócrata” Lobo con la misión de “abrir Honduras” a la comunidad internacional.

Tablero de manual, movida de manual: Todo es un juego de simulación, nadie es lo que muestra ser, solo es un show para mantener vivo el “idealismo” revolucionario, los paradigmas de lucha y entrega a una causa colectiva (sin sustento en la realidad), las posturas enfrentadas del “bien” y del “mal”, y al final, el titiritero, el dueño de la puesta en escena (el sistema dominante), los junta a todos en el cuarto oscuro para votar el “menú democrático” en oferta.

Lo lamentamos por los que creen honestamente (sin analizar la realidad totalizada) en la existencia de una “izquierda revolucionaria” gubernamental y de una “derecha reaccionaria”, más allá de una competencia electoral por gerenciar el Estado capitalista.

Honduras (desde la perspectiva del análisis estratégico) mostró con crudeza inédita donde está el dueño del circo y donde están los payasos. El dueño del circo (Washington) escribe el libreto del culebrón y los payasos (los gobiernos latinoamericanos y sus instituciones regionales) lo actúan creyéndose los dueños del circo.

Es la decadencia nivelada, un desdoblamiento de lo mismo, un marketing de consumo donde la “revolución” y la “contrarrevolución” son apenas un espejismo mediático, una parodia de enfrentamiento simulada como una competencia deportiva.

Al final (como en Honduras) ganan los que manejan los títeres en el tablero, gana el Estado capitalista, ganan los bancos y trasnacionales que controlan el Estado capitalista, ganan las superpotencias (con EEUU a la cabeza) que vigilan la “civilización” y la “gobernabilidad” del “sistema” con sus complejos militares industriales y sus aparatos militares nucleares desplegados alrededor de las fuentes y recursos estratégicos de supervivencia del planeta.

La realidad es simple y matemática: No hay doctrina, ni estrategia, ni construcción revolucionaria, simplemente porque el sistema capitalista terminó ( a sangre y fuego) con la revolución y los grupos revolucionarios. Luego (vaciados de sus contenidos) los incorporó como mito discursivo funcional a su propia estrategia y proyecto de poder y de dominación mundial.

Y no hay revolución, entre otras cosas, porque los que se dicen revolucionarios carecen de una estrategia revolucionaria por falta de identificación de un enemigo real. Y los culebrones mediáticos como Honduras (la falsa guerra entre “izquierda” y “derecha”) seguirán desarrollándose a escala planetaria hasta que las contradicciones fundamentales (crisis económica-social, conflictos militares intercapitalistas y Apocalipsis climático) hagan estallar por implosión al sistema capitalista.

Mientras tanto, el Imperio vende ilusiones, y las masas (incluida la izquierda) las compra por televisión. Es la era del homo videns. O como diría un experto: Es la hora de la alienación ideológica manejada por control remoto.

[goodbye]apocalipsis[/goodbye]

 

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