Meretriz
Ese mismo día a la hora del recreo, me siento cerca de los baños de secundaria, refunfuñando y reprendiéndome en mi interior, y es que me molesta que el profesor me haya puesto con él, pero no termino de creer mi reacción pero a la vez estoy tan ilusionado, por que al menos voy a poder pasar una semana con mi con Hyoga. ¿Cómo puedo pensar en llamarlo mi amor? No lo amo, solamente me gusta demasiado soy demasiado complejo hasta para mi mismo, y al mismo tiempo soy muy simple y sencillo de entender me quedo con esa confusión enredada en mi cabeza, y alzo la vista hacia el parqueo, que es donde mis compañeros suelen jugar a esta hora.
Puedo verlo corriendo, sus piernas se mueven con tanta gracia y delicadeza solo para mi, claro, por que es tan torpe: hasta para jugar fútbol. Pero bueno mientras yo sigo admirando lo espectacular que su cuerpo luce, y en esto si doy gracias al maldito colegio, pues los uniformes de nosotros los varones son de dos piezas: un short de color azul oscuro, provocativamente corto, y una guayabera blanca, que por causa de nuestro clima calido y tropical, esta hecha con una tela fresca, que por suerte para mi, es algo rala, y con eso me permite disfrutar, cuando Hyoga se moja después de jugar, de lo preciosas que son sus tetillas, rosaditas bien hechitas oh y sus bíceps, tan definidos, debe hacer abdominales todos los días. En eso se me acerca June, mi mejor amiga, y me pregunta por la bobada que hice en clases ella sabe sobre ella sabe lo que Hyoga significa para mí, así que me entiende, y solamente me reprocha la bufonada que cometí.
-¡no puedo creer lo que hiciste! Me regaña fuiste tan obvio, era evidente por que tosiste, por fortuna nadie se dio cuenta; todos piensan de que te cae mal.
-lo sé digo desolado pero es que aun no entiendo porqué me juntó con él.
-quizá ya sabe dice June.
– ¡¿EL QUÉ?! vocifero yo.
-jajajajajaja lanza una risotada ¿como crees, hijo? Solo bromeaba aunque podríamos especular sobre el tema su mirada se pone maliciosa por que, últimamente he notado que lo miradas de una manera muy atrayente.
-¿Atrayente?
-Si, como que si te gustara, lo cual es cierto.
Mientras hablábamos, Hyoga llegó corriendo para beber agua, ambos June y yo, clavamos nuestros ojos en él.
-mira lo que hago me dijo June, y lo alcanzó.
Desde donde yo estoy, puedo observar como June, lo toma por la espalda y lo saluda, dándole un ofrecido beso en la mejilla, demasiado cerca de su boca me indigno, y la maldigo en mi cabeza: que puta había salido mi mejor amiga, y q pendejo habida sido para no notarlo antes, me puse colorado al instante, de eso me di cuenta por que mi orejas me ardían, mis dientes tronaban dentro de mi boca, y mis ojos se empañaron que casi me pongo a chillar, y entre tanto: ella acaricia con las manos sus brazos, le sonríe buscona haciéndole coquetería.