La guerra electoral periódica de demócratas y republicanos por el control de la Casa Blanca esconde una feroz competencia interna de las dos caras del lobby judio (“liberal” con los demócratas, y “conservador” con los republicanos), por los negocios y el control del Estado norteamericano.
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Quien controla la Casa Blanca cada cuatro años, controla a su vez las tres herramientas esenciales para hacer negocios con el Estado norteamericano: El Tesoro, la Reserva Federal y la Secretaría de Defensa (el Pentágono).
Desde el Tesoro y la Reserva Federal, se desprenden todas las líneas de decisión y ejecución del macro-negocio financiero de los bancos y entidades financieras (sobre todos de los integrantes del sistema privado de la Fed) con deuda emitida por el Estado norteamericano. Un negocio que se incrementó en grados notables con los “rescates estatales” a bancos y empresas quebradas por la crisis financiera-recesiva.
Para apreciar la magnitud de este negocio del lobby sionista con el Estado USA, baste citar que en el 2008 y lo que va del 2009 los (fondos) acumulados y los proyectados destinados al rescate ya superan los US$ 3 billones, el equivalente del presupuesto anual de EEUU.
Además, los US$ 1000 millones invertidos en la fabricación del “fenómeno Obama”, empalidecen frente al control de los más de US$ 700.000 millones del presupuesto armamentista anual de EEUU.
Desde el sector de Defensa (y posibilitado por la relación comercial Pentágono-contratistas del Complejo Militar Industrial, se desprenden todas las líneas de decisión y ejecución del macro-negocio con el armamentismo y la infraestructura operativa de las ocupaciones (como Irak y Afganistán) y bases militares norteamericanas (se calculan en casi 1000) diseminadas por el planeta.
Sobre la base de un presupuesto de US$ 700.000 millones (destinado al sector de Defensa) este macronegocio hoy hegemonizado por el lobby sionista democrata abarca desde la venta de armas y de tecnología de punta, hasta construcción de infraestructura y de prestación de servicios privados a las bases militares y fuerzas de ocupación.
Las contratistas del complejo militar industrial no solo proveen armas y servicios de seguridad privada, sino que también proveen la logística completa (ropa. comida, alojamiento, etc) a los soldados, no solamente en las áreas de ocupación sino también en la red de bases distribuidas por todo el planeta y dentro de EEUU.
Las líneas directrices de este monumental negocio con las guerras de ocupación y el sistema financiero imperial, nacen y se proyectan desde la Casa Blanca hacia el resto de los estamentos del Estado norteamericano.
Esta, y no otra, es la razón por la que el lobby sionista demócrata y el lobby sionista republicano se disputan cada cuatro años la Casa Blanca: El que gana se queda con el control por 4 años.
Por eso al final del marketing y del “sueño americano” para vender presidentes, solo queda ejecutar la línea matriz del Estado judeo estadounidense: Los negocios.
[goodbye]apocalipsis[/goodbye]