Obama NO es de Izquierda, Sirve a Wall Street y al Pentágono

El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció un sustancial aumento en las fuerzas militares de su país en Afganistán, que pasarán de 68.000 a casi 100.000 soldados para mediados de 2010. A la luz de esto la izquierda latinoamericana y mundial tiene que sacar sus conclusiones y dejar a un lado su luna de miel con el presidente negro para ver las cosas tal cual son.

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Por IAR Noticias

Lo aplaudieron rabiar. Casi como si fuera uno de los suyos. Chávez y los presidentes izquierdistas lo elogiaron calurosamente y le dieron la mano en la cumbre de Río.

Parecía, mágicamente, que el Imperio mansamente (y sin balas) se había reciclado en un “hermano mayor democrático” de sus colonias en el patio trasero.

El sueño (como el baile de asunción de Obama) duró hasta que el presidente “negro” se sacudió el marketing electoral de encima y comenzó a hacer lo que debía: Gestionar para Washington y los intereses de los bancos y empresas de Wall Street. Y allí comenzó la peregrinación del izquierdo-progresismo hacia una pregunta esencial: ¿Viró hacia la derecha Obama?.

Replanteemos la pregunta: ¿El Imperio queda a la izquierda o a la derecha?. Depende de que perspectiva geográfica circunstancial se elija para llegar a la Casa Blanca de Washington.

En realidad, el Imperio no tiene puntos cardinales ni ideologías: Puede estar a la “izquierda progresista” cuando fabrica alternativas “mediático-democráticas” para vender presidentes, o puede estar a la “derecha” cuando el Estado norteamericano ejecuta sus políticas de supervivencia imperial invadiendo países, fabricando cipayos o alienando cerebros masivos con la “democracia” made in USA. ¿Acaso se le puede pedir peras al olmo?

*Fukuyama habló de la “muerte de las ideologías”, pero en realidad las ideologías no murieron: Solo se fusionaron. A tono con la dinámica “globalizadora”, la “izquierda” y la “derecha” se fusionaron en una sociedad con roles claramente diferenciados: La izquierda habla con la “democracia”, la derecha ejecuta con el Pentágono.

Más precisamente: Obama habla, el Imperio realiza. Y el izquierdo-progresismo (a tono con su estilo ideológico-cultural) está rengo y sordo de un oído: Solo evalúa y analiza las palabras de Obama que ahora va por “Bin Laden” y Afganistán para “terminar el trabajo”.

Obama mete bala, ¿Y que mete el izquierdo-progresismo”? Por ahora, parece que descubrieron (tardíamente, como siempre) la idea de que Obama es el presidente del Imperio.

Tal vez, dentro de un año más, se les termine de caer el ídolo y descubran que Obama, en realidad, es la reencarnación viviente de George W. Bush.

Un descubrimiento maravilloso que IAR Noticias (en total soledad) reveló un año antes de la invención y ejecución del “milagro Obama”. Por suerte, seguimos escapando a la ola “globalizadora” del “mundo único” y todavía no nos fusionamos.

“Seguimos con la misma meta general: desbaratar, desmantelar y derrotar a Al-Qaeda en Afganistán y Pakistán, y neutralizar su capacidad de amenazar a EE.UU. y sus aliados en el futuro”, señaló Obama.

Se estima que el costo total del incremento de tropas estadounidenses será de US$30 mil millones ( la mitad de lo que la FAO pidió para terminar con el hambre a nivel mundial).

“Creo que es la decisión correcta para Afganistán y la OTAN. No es sólo una misión de EEUU. Hay 43 países sobre el terreno bajo el mandato de la OTAN, y confío en que otros aliados y compañeros incrementarán substancialmente su colaboración”, dijo el jefe de la alianza atlántica.

También el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, alabó los “valientes” planes de Obama, a quien expresó su “total apoyo”. Sin embargo, por el momento su gobierno descartó la posibilidad de enviar nuevas tropas de combate, aunque dijo que sólo podría ofrecer entrenadores militares.

Francia sigue la tónica general: Todos los “socios” de EEUU elogian la decisión de Obama pero miran para otro lado cuando se habla de enviar más tropas por el costo político que representa (en el año 2009 murieron 300 soldados invasores).

En su discurso, Obama dijo que estaba consciente de la gravedad de su decisión de enviar las tropas adicionales, pero le pidió a sus compatriotas no ver este conflicto como una nueva Guerra de Vietnam.

La última encuesta de Gallup revela que un 58% de los norteamericanos piensa que Afganistán puede terminar como Vietnam. Y no se equivocan.

Veamos la Leccion de Honduras para la Izquierda: Obama es el presidente del Imperio[/h3]

Hay algo que la izquierda y sus ideólogos todavía no registran claramente: Obama no es el presidente de Kenia, sino el presidente de EEUU.

Esa confusión (falla conceptual de origen) les llevó a creer en las “condenas discursivas” de Obama al golpe de Estado promovido por EEUU que el 28 de Junio derrocó a Zelaya en Honduras.

Y esa percepción errónea, a su vez, alimentó el insólito espectáculo de los gobiernos de “izquierda antiimperialista” abrazándose con la OEA (el Ministerio Imperial de Colonias ) y el Departamento de Estado USA en defensa del “sistema democrático” regional amenazado.

Y la distorsión conceptual alienante llegó a su pico máximo cuando la izquierda, Chávez y el derrocado Zelaya pidieron a Obama y a EEUU (el Imperio golpista) que “intervengan” para restituir la democracia y el gobierno constitucional en Honduras.

Hasta que (después de una larga comedia de enredos) llegó el baño de realidad: Obama y EEUU “intervinieron”, no para restituir a Zelaya, sino para restituir a la “democracia” sin Zelaya.

Finalmente, después de una largo culebrón mediático que la izquierda confundió con una gesta de “resistencia popular” al golpe, Zelaya pactó un “acuerdo de unidad” con Micheletti, que “legitimó” de hecho el golpe de Estado y las elecciones convocadas por el régimen golpista para el domingo 29 de noviembre.

Y como frutilla de la torta: Washington (gerenciado por Obama) va reconocer las elecciones, y la OEA se dividió entre gobiernos (de “derecha”) que apoyan los comicios y gobiernos (de “izquierda”) que las desconocen. Como en la Fiesta de Serrat: “Por una noche se olvidó que cada uno es cada cual”, pero Obama y el Imperio los pusieron a cada uno en su lugar.

Y la izquierda y sus pensadores siguen con su confusión inicial: Creen que Obama los “traicionó”. Todo indica que todavía no se enteraron de que Barack Obama es el presidente de EEUU.

El Imperio que, por “derecha” y por “izquierda”, gerencia tanto los golpes militares como los “procesos democráticos” en América Latina.

¿Cuántas lecciones más va a necesitar la izquierda “revolucionaria” para enterarse de que integra como un eslabón más el “mundo único” del sistema capitalista?

El día que lo descubra, tal vez deje su discurso ideológico (desfasado) por un rato y se dedique a estudiar cómo funciona hoy científica y totalizadamente el sistema capitalista, por “izquierda” y por “derecha”.

Es un primer paso para no confundir a Obama con la estatua de la Libertad, y no pedirle al presidente del Imperio que salve a América Latina del Imperio.

Chávez, Israel y el “eje del mal”: Una guerra sin retorno[/h3]

Posiblemente sea el rasgo antiimperialista más sobresaliente y destacado de Chávez: Israel y el sionismo capitalista que controla todos los procesos de la economía mundial desde Wall Street y las metrópolis europeas lo consideran un “enemigo peligroso”. Ese, más que su pelea mediática y oscilante con el Imperio USA, define el rol (y el liderazgo) de Chávez en el tablero de la guerra intercapitalista (por ahora “fría”) por los recursos energéticos del planeta que protagonizan el eje USA-UE-Israel (el “eje del bien”) contra el eje Rusia-Irán-China-Venezuela (el “eje del mal”).

La ciclotímica relación político-diplomática que el presidente venezolano mantiene con Washington (ataques combinados con buenas relaciones comerciales) se vuelve rechazo coherente a las políticas del Estado judío, sobre todo en Medio Oriente, donde Venezuela es el país que más enérgicamente denuncia y condena las masacres judías al pueblo palestino.

Se sabe que hubo distintos acercamientos de la comunidad judía venezolana para tratar de limar asperezas en la relación, pero sistemáticamente Chávez sigue denunciando a Israel como un Estado “imperialista y criminal”.

La cuestión no es menor, teniendo en cuenta el peso de Israel como “madre patria” del capitalismo transnacional que controla los resortes claves del poder económico mundial desde Wall Street y las metrópolis europeas.

Los hechos, las estadísticas, la realidad abrumante más allá de los discursos, demuestran que Chávez es tan enemigo de Israel, como el estado judío lo es de Chávez.

La clave se resume en un axioma: Chávez es la principal espada del “eje del mal” en América Latina. Venezuela es la cabecera de playa, la plataforma de lanzamiento regional, de la estrategia del eje Rusia-Irán-China-Venezuela, del cual Chávez conforma una pieza clave.

El presidente venezolano mantiene una alianza estratégica (de orden comercial y militar) tanto con Irán como con Rusia y China, potencias capitalistas emergentes que compiten con el eje USA-UE por el control de las redes energéticas y las reservas petroleras del triángulo Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente, en una versión aggiornada de la “guerra fría” por áreas de influencia, esta vez protagonizada a niveles intercapitalistas.

Esta realidad, convierte a Chávez en un enemigo “extraregional” estratégico del eje USA-UE-Israel: Su figura y su rol activo en Eurasia y Medio Oriente y el peso especifico de Venezuela en la cuestión energética internacional lo proyectan al nivel de importancia estratégica de un Putin o de un Ahmadineyad en el universo geopolítico y militar del Imperio sionista.

Más que por su accionar en América Latina, Chávez se ha convertido en un jugador clave del tablero mundial. Eso explica porqué Putin y Ahmadineyad (la dupla estratégica del “eje del mal”) acuerdan con Chávez su agenda estratégica en el patio trasero.

Ese, y no su enfrentamiento mediático y ciclotímico con EEUU, es el punto que convierte a Chávez en un enemigo sin retorno de Israel y del sionismo que controla EEUU y las potencias imperiales, más allá de sus Estados y banderas.

Los consejos del Sub-Imperio sionista: Lula lo quiere de amigo a Ahmadineyad, pero sin bomba nuclear[/h3]

Con Irán, salvo su capacidad para fabricar una bomba nuclear, está todo OK. Esa es la lógica doctrinaria que guía el accionar de EEUU y de las potencias sionistas que intentan que Teherán deje de lado todo “objetivo militar” y se consagre sólo al “desarrollo pacifico” de la energía nuclear. Los que lo piden, el “club nuclear” capitalista que controla el Consejo de Seguridad de la ONU, concentran en sus arsenales un potencial atómico capaz de hacer volar centenares de veces el planeta Tierra. Haz lo que digo, pero no lo que hago: Una filosofía cretina que prendió en el Sub-Imperio brasileño, cuyo gerente eventual, Luis Inácio Lula Da Silva, recibió el lunes al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y le prometió ser su amigo y aliado, siempre y cuando deje de alucinar con ojivas nucleares capaces de “borrar del mapa” al Estado de Israel.

Lula, el “obrero metalúrgico” de izquierda devenido en “estadista burgués”, es totalmente funcional al sistema patrón: La diplomacia brasileña es la primera defensora del sistema “democrático” y la “gobernabilidad en paz” que necesita el sistema capitalista para seguir depredando el planeta sin conflictos ni resistencias peligrosas.

Lula, un “estadista” del establishment capitalista transnacionalizado brasileño, que gerencia la pobreza masiva con los mendrugos de los “planes asistencialistas”, reafirmó este lunes, tras reunirse con su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad, que considera un derecho de Irán tener un programa nuclear con “fines pacíficos”, pero pidió con firmeza a Teherán que colabore en la búsqueda de una “solución justa y equilibrada” al problema de la “no proliferación nuclear”.

Brasil, dijo Lula, “reconoce el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear para fines pacíficos, con pleno respeto a los acuerdos internacionales”, y reforzó que “la no proliferación y desarme nuclear deben andar juntos”. El presidente brasileño le recordó a su homólogo iraní que “Brasil sueña con un Medio Oriente libre de armas nucleares, como ocurre en América Latina”.

Lula se olvidó de un detalle: Brasil tiene firmado un convenio con Francia para construir un submarino nuclear que le permitirá jugar el rol de potencia global (asociada a EEUU) en América Latina.

El convenio, firmado con Sarkozy, incluye el traspaso de tecnología francesa para la construcción del submarino a propulsión nuclear, además de la construcción en Brasil de medio centenar de helicópteros, un astillero militar y una base naval, y la compra de cuatro submarinos convencionales.

El proyecto forma parte del plan del gobierno brasileño de modernizar su aparato militar e impulsar su industria bélica, con el propósito de convertirse en un Sub-Imperio regional bajo el argumento de reforzar la vigilancia de la Amazonia y de los enormes yacimientos petrolíferos en la costa brasileña.

En cuanto al objetivo, la mayoría de los analistas coincide en que Brasil busca ser reconocido como potencia global, a partir de desarrollar un potencial militar similar al de las otras tres potencias emergentes: Rusia, India y China, que junto con Brasil forman el llamado grupo BRIC.

Como se puede apreciar, el “belicista” Ahmadineyad dio con la “persona indicada” (Lula) para que le aconseje sobre “uso pacifico” de la tecnología nuclear.

[goodbye]apocalipsis[/goodbye]

 

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Author: admin

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