[align=center]De nuevo haciendoles llegar un cordial saludo hasta donde se encuentren, esperando esten siendo colmados de muchas oportunidades en el ámbito laboral y familiar. La semana pasada, compartía con ustedes un tema relacionado con la justicia y la paz, Un tema que en lo personal me ha gustado mucho, pero que lastimosamente no pude ser mas amplio debido a lo extenso del mismo. Recuerdo cuando en la época de los años 80 era díficil imaginar que se podría firmar acuerdos de paz entre las partes en conflicto, y es que era imposible creerlo, se debía probablemente a la intranquilidad y estado de estrés que vivíamos como salvadoreños dentro de este conflicto que nos restó a mas de 75,000 compatriotas. Recientemente, y es que lo hago casi siempre, estuve viendo mi película favorita, la famosa cinta de Roberto Benigni, LA VITA E BELLA o a nuestro mejor español: LA VIDA ES BELLA una Hermosa pieza de la cinematografía, que en lo personal, siempre me impacta y es que describe muy delicadamente, que a pesar de las circunstancias tan difíciles que se esten sucediendo a nuestro alrrededor, la vida es bella. Guido Orefice (Benigni) un judío-italiano de la época de la persecución judía (1939), trata de que su hijo viva una plena paz y le hace creer que estan en un juego por el cuál van a recibír un premio, mientras la realidad es otra, estan en un campo de concentración. Quisiera retomar nuevamente este tema, debido a que me preguntaban donde quedaba lo que se refiere a la paz interna del individuo; como relataba, Guido transmite esa misma paz personal, que él posée a su pequeño hijo, una paz que le permitía estar completamente lejos del desiquilibrio emocional.
Cuando hablamos de paz interna, podemos referir tambien la calma y la serenidad, que dispone al individuo a enfrentar una vida libre de estrés, de esta manera es capaz de conseguír la paz exterior. En esto, la importancia de la responsabilidad individual es clave; ya que primeramente debemos crear una paz interna para de esta manera poder expandirla dentro de nuestras familias, amigos, la comunidad y que fabuloso fuera hacia todo el mundo.
Creo que al igual que Guido Orefice, nuestros padres salvadoreños y no dudo que en muchos paises latinomericanos tambien, nos transmitían mucho de esa paz interna que les acompañaba en una situación tan hóstil como la que vivíamos y aunque existía mucho estrés, este era opacado por la fuerza de voluntad que nuestros padres mantenían con la esperanza de que un día cesarían el fusil y la metralla.
Actualmente muchos estan buscando la paz interna a travez de métodos budistas y/o Hinduistas; pero aunque ellos digan que la paz interior es cultivada y ejercitada a travez de estos métodos como la meditación, el yoga y el rezo; sigo creyendo que esta se consigue a travez de una fuerza de voluntad de querer un futuro mejor primeramente en nosotros mismos y luego a nuestro alrrededor, lo hicieron, al igual que muchos otros, mis padres, cuando la metralla sucedía a nuestro alrrededor y me tranquilizaban.
Les dejo con un pensamiento muy similar al de la vez anterior, todos somos responsables de llevar la paz a nuestro alrrededor.
Como siempre, agradescoles por leer a este loco, que tenga un feliz fin de semana.
Andrés
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