Te has preguntando alguna vez, como es tu fe?
¿Es realmente sincera esa fe, o tu fe es
a base de obras?
Un tema un poco complicado de explicar,
pero no difícil de entender.
Cuando se tiene fe, se confía ciegamente
en las promesas que Dios te ha hecho,
sin poner límites de tiempo, pues
para Dios el tiempo es relativo.
Cuando se tiene fe, el corazón esta lleno de
serenidad, la paciencia es una virtud.
Cuando se tiene fe, se mira al futuro
con optimismo, esperando confiado
en lo que pronto llegará.
Dios no deja promesa sin cumplir ni tiempo
que no llegue.
En Eclesiastés 3’1 lo dice muy claro, todo
tiene su tiempo.
Pero a veces creemos por obras, pero no por fe,
esto lo que significa es que deberíamos
creer, en aquello que ojo nunca vio, y en aquello
que oído nunca escuchó.
Ahí está la diferencia, cuando se tiene fe,
se espera paciente
se espera feliz
se espera tranquilo
se espera en paz,
porque aunque tu ojos no vean
tu corazón sabe que Dios está trabajando.
Porque aunque tus oídos no escuchen
tu alma está segura que tu respuesta pronto llegará.
Pero muchas veces creemos en lo que podemos ver,
el día que empecemos a creer en aquello que oído nunca
escuchó, en aquello que ojo nunca vio, entonces
grandes cosas acontecerán en nuestras vidas.
Porque Dios sabrá que tu fe, es infinita y el
hará que sus promesas sean cumplidas
en ti.
Recuerda ten fe, en aquello que oído nunca escuchó
y en aquello que ojo nunca vio.
La grandeza de Dios es infinita, y es toda para ti
EL solo te pide que confíes en él, que tengas Fe