He estado haciendo un estudio de investigación infantil, de modo que esa información pueda ayudar a la compañía para la que trabajo a desarrollar y reinventar productos para este público verdaderamente difícil.
Si se le pregunta a un niño cuya edad esté comprendida entre 5 y 9 años, QUÉ QUIERE SER CUANDO SEA GRANDE? encontrarán diversas respuestas a cual más complicada. Hagan la prueba con sus hermanitos, sobrinos, primitos, vecinitos, etc.
El asunto que me preocupa es que los niños ya no quieren ser policías o bomberos o detectives o doctores o payasos o superhéroes o cualquier cosa que por lo menos en mi generación, seguramente por la inocencia, me hacía suponer que el mundo era una sociedad de la buena voluntad.
Hoy, todos quieren ser futbolistas o cantantes o empresarios o algo que dé mucho dinero. Y no es que eso sea malo sino que me entristece pensar que los niños lleguen a creer que sin dinero no se es feliz.