[color=#0040FF]El empleo,
Cuento,
Comparó la dirección del recorte de periódico con la de la casa que tenía enfrente. Estaba correcta. Releyó el aviso: Se necesitan muchachas con buena presentación. No necesaria experiencia. Sueldo básico más comisiones. Trabajo agradable. Traer recomendaciones. Vestía sus mejores ropas, regalo de sus padres cuando el año pasado se graduó de bachiller. Alisó la falda. Con timidez golpeó con sus nudillos la puerta y esperó. Nadie respondió. Volvió a hacerlo, volvió a esperar. Luego de largos segundos, abrió la puerta una mujer regordeta con anillos de oro en todos los dedos, y al abrir la boca le brillaron los dientes de oro: ¡¡ya tengo la casa llena de putas!!, gritó, al tiempo que cerraba, con fuerte golpe, la puerta.
Néstor Martínez