Te encontré mientras fluían mil palabras sumergidas en versos melancólicos recostada en el misterio de las tenues melodías, que sutilmente canturreaban tu nombre día a día. Me miraste desde lejos, musitando soledades, cual brújula señalando que llegaste, navegando mis sueños, en mi mar de soledades; recorriendo mis versos en el eco de lo inefable. Recogiste mi ternura esparcida en mis lamentos, me cobijaste con tus sueños y distes calor a mis recuerdos. Te encontré cuando la tarde declinaba en mis versos, cuando escondida entre palabras acariciaba los recuerdos. Me Acunaste entre versos esa tarde en que partía, le distes ternura al poema que moría, me llamaste por mi nombre en el soplo de tu vida. Te encontré entre mis versos sin saber que existías, te soñé mientras te llamaba sin saber que me oías, te busqué entre mis versos sin saber que ya existías. Encontré el sueño que buscaba, y que sólo tú poseías vida mía.