Las buenas noticias parecen esconderse de nosotros. A veces, incluso, parecen inexistentes en el panorama global, pero haberlas, haylas. Y he aquí una que me agrada especialmente porque tiene que ver con una de las mentiras más gordas jamás contada a la humanidad, la mentira de la calentología del carbono.
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Traducción [url=http://trinityatierra.wordpress.com]Trinity a Tierra
7 de noviembre de 2010
Fuente: [url=http://www.nationalreview.com/planet-gore/252703/rip-al-gores-chicago-climate-exchange-has-died-greg-pollowitz]National Review
[url=http://www.eco2site.com/news/Dic-03/chicago.asp]La plataforma de comercio “cap and trade” inspirada en el calentamiento global ha sido una de las controversias más estridentemente debatida por la opinión pública en los últimos 15 años.
Pero está sufriendo una muerte lenta. En un movimiento muy poco publicitado, el [url=http://www.chicagoclimatex.com/]Chicado Climate Exchange (CCX) anunció el [url=http://www.foxnews.com/politics/2010/11/09/collapse-chicago-climate-exchange-means-strategy-shift-global-warming-curbs/]21 de octubre de 2010 que da por finiquitado el comercio de carbono, el único propósito para el que fue creada esta plataforma de intercambio, este mismo año.
Aunque el comercio de créditos sobre las emisiones de carbono era voluntario, el CCX pretendía ser la plataforma comercial para la compra-venta de carbono obligatorio establecida por una ley de fijación de límites máximos e intercambio de los derechos de emision, del tipo del esquema Waxman-Markey aprobado por el Parlamento en Junio de 2009.
En su fundación, en Noviembre del 2000, se estimaba el tamaño del mercado de carbono en unos 500 mil millones de dólares. Esta estimación se disparó a lo largo de los años hasta 10 billones de dólares.
El mafioso Al Capone intentó emplear la Prohibición (del alcohol) para crecer como pieza clave en toda la acción comercial en el antiguo Chicago. Ahora, los respaldadores del CCX querían usar una nueva prohibición, sobre las emisiones de carbono, para hacerse fuertes y convertirse en pieza clave de, literalmente, toda acción comercial en el mundo.
El CCX era el producto inteligente del profesor de negocio de la Universidad de Northwestern Richard Sandor quien empleó 1.1 millones de dólares en subvenciones de la fundación de izquierdas de Chicago Joyce para lanzar el CCX. Por sus esfuerzos, la revista “Time” llamó a Sandor uno de los Héroes del Planeta en 2002 y uno de los Héroes del Medioambiente en 2007.
El CCX parecia tener el éxito asegurado. No sólo era el joven [url=http://www.canadafreepress.com/index.php/article/9629]Barack Obama un miembro de la junta directiva de la Fundación Joyce que financió el lanzamiento del CCX, sino que, a lo largo de los años, había atraído a inversores con gran renombre tales como Goldman Sachs y la Gestión de Inversiones de Generación de Al Gore.
Pero ocurrió algo muy imprevisto en el camino del anticipado robo a consumidores y contribuyentes proveniente del CCX. La fijación de límites maximos e intercambio de los derechos de emisión, o llamado en inglés “cap and trade”, implosionó siguiendo su marca más importante tras la aprobación de la ley Waxman-Markey. A medida que aumentaba la recesión económica, con el Climategate y el movimiento del tea party, lo que una vez parecía algo incierto, se convirtió en algo real finalmente.
Los originales inversores asustados del CCX lanzaron esta primavera un plan de rescate del CCX y de su pimo al otro lado del charco, el European Climate Exchange, con 600 millones de dólares dirigidos al Intercontinental Exchange en New York, una plataforma de futuros y derivados basada en Atlanta y Londres. (Más afortunado que el CCX, el ECX continua existiendo gracias a la fijación de límites máximos de emisión de carbono obligatorios por el protocolo de Kyoto).
El ECX puede muy pronto seguir el mismo camino de desaparición que el CCX. Sin embargo, el Protocolo de Kyoto expira el 2012. Y no hay un tratado internacional en nuevo a la vista.
[goodbye]apocalipsis[/goodbye]