Zelaya volviendo a los brazos de su tata original: Estados Unidos

Después de la fracasada “operación retorno” con Chávez, el terrateniente “progresista” hondureño, Manuel Zelaya, quiere volver a los brazos de su padre original: Washington. Una operación montada desde Obama hacia abajo, intenta que el presidente derrocado deje el ALBA chavista y vuelva al redil, aunque no está claro como la administración demócrata lo va a acomodar de nuevo en el tablero con Micheletti, respaldado por el Pentágono, controlando Honduras. Simultáneamente, una delegación del gobierno de facto negocia en Washington con la OEA, en consulta con funcionarios y legisladores, una salida consensuada en la colonia estadounidense.

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IAR Noticias/

Mientras la izquierda continental y los chavistas claman por el regreso de Zelaya a Honduras en carácter de “líder antiimperialista liberador”, el presidente depuesto ya empezó a escribir otro libreto de la mano de la administración imperial de Barack Obama en Washington.

En una clara maniobra para “despegarlo” de Chávez después de la derrota, el gerente imperial de turno le expresó su “apoyo” a Zelaya mientras que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, va a recibir en Washington al presidente errante para ver como lo “reinsertan” en Honduras.

La tarea de Obama no promete ser fácil: El otro bando, los golpistas que controlan Honduras de la mano del Pentágono y los republicanos conservadores, no quiere saber nada con Zelaya al que califican de “traidor a la patria” por haberse pasado al ALBA “comunista” de Chávez.

Barack Obama, en un estilo paternal y comprensivo, dijo el lunes que apoya el regreso al poder del depuesto mandatario hondureño , “pese a que se ha opuesto a políticas estadounidenses”.

En un discurso en Moscú -donde se encuentra de visita oficial- Obama señaló que: “incluso en este momento en que estamos aquí reunidos, Estados Unidos apoya el retorno del democráticamente elegido presidente de Honduras, aunque se ha opuesto con fuerza a políticas estadounidenses”.

“Respetamos el principio universal de que la gente debe escoger a sus propios líderes, estemos de acuerdo con ellos o no”, agregó.

El súbito interés de la administración demócrata por Zelaya comenzó luego del fracaso de su emprendimiento de retornar a Honduras de la mano de Chávez y de los presidentes integrantes del ALBA, que el fin de semana, y sin la presencia de ningún otro mandatario regional, ensayaron una maniobra quijotesca para hacer aterrizar a Zelaya en medio de una represión de sus seguidores en Tegucigalpa.

Ante la imposibilidad de aterrizar por un bloqueo aéreo de los golpistas, el depuesto presidente (en campaña de acción psicológica) se dirigió a El Salvador, donde se reunió con los presidentes de Ecuador, Argentina y Paraguay, además de con el secretario general de la OEA y con el presidente de la Asamblea General de la ONU.

“Yo llamo a las fuerzas armadas de Honduras a que bajen sus rifles”, señaló Zelaya en conferencia de prensa.

El lunes la prensa internacional daba como “fracasada” la operación regreso mientras sus analistas se preguntaban qué sería del destino del terrateniente Zelaya reciclado en un “revolucionario” del grupo Chávez.

Sorpresivamente, en las últimas horas del lunes comenzó a circular la información de que el derrocado presidente hondureño, se reuniría el martes con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, recibiendo un respaldo de Washington para su regreso al poder, algo que el Gobierno de facto ha reiterado es “innegociable”.

El corresponsal de la BBC en español en Washington, Carlos Chirinos, asegura que “altos funcionarios” del gobierno de Barack Obama han expresado la conveniencia de centrar en Washington la ofensiva diplomática encabezada por la Organización de Estados Americanos (OEA) que permita el regreso del depuesto presidente.

La BBC destaca que aunque la Casa Blanca reconoce a Zelaya como el presidente legítimo de Honduras, hasta ahora no ha organizado una entrevista con el presidente Obama en la Oficina Oval, el despacho presidencial.

En la Casa Blanca no ha habido reacción todavía a la sugerencia que hizo el presidente depuesto la víspera de que EEUU debería usar “todo su poder” para garantizar su regreso a Tegucigalpa.

La administración golpista que encabeza el ex presidente del Congreso Roberto Micheletti se ha mostrado inflexible hasta la fecha ante un eventual retorno de Zelaya, contra el que ha levantado cargos por traición a la patria, abuso de poder y corrupción.

“Confío en que la secretaria Clinton reconocerá que el imperio de la ley es la razón por la que estamos hoy aquí y que el señor Zelaya debe rendir cuenta por su inconstitucionalidad y otros actos ilegales a través del ejercicio del debido proceso”, dijo Micheletti en cadena de televisión el lunes.

En tanto, el portavoz del Departamento de Estado Ian Kelly reiteró la petición de Estados Unidos de que Zelaya sea repuesto en su cargo. “Nuestra meta continúa siendo la restauración del (…) orden democrático en Honduras, y renovamos nuestro llamamiento a todos los actores políticos y sociales en Honduras para hallar una solución pacífica a la crisis”, dijo.

Al ser consultado sobre a qué se refería con restaurar el orden democrático, Kelly respondió: “significa el retorno del presidente elegido democráticamente a Tegucigalpa, el retorno de Mel Zelaya”.

Pero en Washington nadie cree que un apoyo de Washington a Zelaya vaya a ser gratuito.

Cualquier respaldo de la Casa Blanca para que Zelaya retorne al gobierno (en contra de la opinión conservadora y republicana) va a estar condicionada a su alejamiento del entorno de Chávez, señala The Washington Post.

Para el diario, difícilmente Obama podría imponerle a demócratas y republicanos en el Congreso el retorno del presidente depuesto sin negociar antes una salida consensuada con los golpistas.

Para la prensa norteamericana en general, si Zelaya retornara al gobierno para cumplir el período de seis meses que le falta, estaría condicionado por los mismos civiles y militares que lo derrocaron. Lo que le tornaría imposible tomar medidas en la realidad.

Para algunos analistas de las cadenas estadounidenses, como la CNN y ABC, para Washington Zelaya “ya fue”.

Y lo que estaría haciendo la administración Obama al recibirlo, es utilizarlo como método de presión para obligar al gobierno golpista pro-Pentágono de Micheletti a flexibilizar sus posiciones y a tolerar la presencia de Zelaya en el arco político de Honduras.

Washington -señalan- quiere dar la imagen de que controla la “gobernabilidad” de Honduras, y para eso necesita una salida negociada de la crisis que incluya tanto a Zelaya como a los golpistas de Micheletti.

De cualquier manera, y como sostiene The Washington Post, convencer a los golpistas del Pentágono que acepten la presencia de Zelaya en Honduras, va a significar una tarea titánica para la Casa Blanca de Obama.

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Author: admin

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